jueves, 23 de marzo de 2017

Nunca hablé mal de nadie en mis escritos.
A no ser del político arribista
que, tras el parapeto de unas siglas,
esconde su cinismo
y su indecente anhelo de poder.
Nunca hablé mal de nadie en mis escritos.
Excepto del banquero insaciable y avariento
que aumenta sus ganancias anuales
a costa del dinero del obrero
y amasa su fortuna
con la sangre de la gente más pobre y miserable.
Nunca hablé mal de nadie en mis escritos.
Salvo del militar condecorado
que se cree salvador de nuestra historia,
elegido por Dios para la muerte,
ángel del exterminio de los pueblos
y piensa que el sonido de las armas
es más hermoso que el de las palabras.
Nunca hablé mal de nadie en mis escritos.
Acaso de los falsos eruditos
inmersos en el nimbo,
aureolado fanal de su sapiencia,
que miran desde sus altas torres marfileñas,
donde se aposentaron desde siempre,
al resto de la torpe humanidad
que tiene más preguntas que respuestas.
Nunca hablé mal de nadie en mis escritos.
Quizá de los soberbios prepotentes
que abusan del carácter de los débiles
y pisan con su suela de certeza
las hormigas de dudas y misterios
y sus ojos mirando al horizonte
ignoran lo que a su lado está ocurriendo.
Nunca hablé mal de nadie en mis escritos.
Puede que de los jueces que se venden, 
de los traidores de mirada torva,
de los falsos amigos, del que miente,
del que te deja con cualquier excusa,
del que jamás arriesga en la partida,
del que no sabe qué es comprometerse.
Nunca hablé mal de nadie en mis escritos.
Os lo prometo.
Para mí, esas gentes no son nadie.


jueves, 16 de junio de 2016

UNA FRASE PARA EMOCIONARSE

"Más que besarla, más que acostarnos juntos, más que ninguna otra cosa, ella me daba la mano y eso era amor." Mario Benedetti.

jueves, 2 de junio de 2016

Entrevista radiofónica

Hoy, a las siete de la tarde, estaré con mi amigo Manolo Morillo compartiendo una agradable charla sobre mi nuevo libro, que se presentará una hora después.